“Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también
después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de
los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los
valientes que desde la antigüedad fueron varones de
renombre.” (Génesis 6:4)
El arte rupestre de Tassili o las impresionantes estatuillas dejadas por
los nativos de Acambaro, son sólo algunos de los enigmas más reveladores de la
presencia extraterrestre en la Pre-Historia. Finalmente, ¿cómo el hombre antiguo
habría conseguido registrar aquello que no conocía?
En la parte sur de Argelia, donde las arenas del Sahara devoran todo lo
que se mueve y el Sol arde a 53º, están las cavernas de Tassili. Según los
especialistas, en el Tassili está “la más importante colección de arte rupestre
conocida”. Son millares y millares de pinturas, que representan apenas un 20%
del total, la gran mayoría de ellas destruidas por la erosión.
Estas pinturas datan de 10 a 15 mil años de edad. En esa época, en tanto
todas las otras cavernas eran pintadas con apenas un color, los artistas de
Tassili usaban varias tonalidades. La gran mayoría de las escenas retratadas
son de animales: jirafas, avestruces, elefantes, bueyes, yacarés y hasta
hipopótamos, lo que prueba que antaño aquella región del Sahara estuvo llena de
vida. Tassili quiere decir “plataforma de los ríos”.
Aún en esta época, pueblos nómades del Africa perciben que tales
cavernas ofrecen óptimas posibilidades de instalación, un buen aislamiento
térmico. Ríos cercanos no faltaban. La selva, con todos sus animales y plantas,
estaban inmediatamente abajo, alrededor de la plataforma. Las pinturas
retratan, por orden de edad, las diversas ocupaciones de sus habitantes: caza y
pesca (7.000 a. C.), bovinos (4.000 a. C.), caballos (1.700 a. C.).
Los pueblos del Tassili dejaron dos grandes misterios para la
posteridad: el primero es que no existe ninguna sepultura en toda la región, y
el segundo son los extraños seres con casco pintados en las cavernas.
En ese punto, se debe esclarecer que los artistas de la Pre-Historia
eran, ante todo, “realistas”. Movidos por un impulso creador, ellos retrataban
en sus cavernas escenas de lo cotidiano, principalmente animales. Si ellos no
inventaban, no hacían alegorías y no imaginaban cosas, entonces ¿qué son
aquellas figuras humanoides con extraños cascos en la cabeza, tubos en la
espalda, algunos midiendo hasta seis metros de altura, flotando en las curvas
paredes de las cavernas?
“¡Los hombres de la Pre-Historia representaban cosmonautas! Es cada vez
más probable que extraterrestres hallan visitado la Tierra hace 10 mil años”.
Esta opinión es del arqueólogo soviético Alexei Kazantsev, que visitó el
Tassili, en 1962, y divulgó para el mundo algunas imágenes de lo que él mismo
bautizó como “los marcianos de Tassili”.
En septiembre de 1976, un grupo de investigadores españoles hizo una
difícil travesía del Sahara para documentar mejor las cavernas de Tassili. El
equipo tuvo que enfrentar la mala voluntad de las autoridades argelianas (en
pié de guerra con Marruecos), y casi se perdió en una tempestad de arena. Mas
felizmente acabó realizando el mejor trabajo fotográfico de las cavernas.
Este equipo notó que podía establecer ligamentos entre las imágenes,
como una historia en cuadritos. Y arriesgaron esta posible narración: seres
extraterrenos posaban regularmente en el Tassili y establecían contactos con
sus habitantes. En una de esas veces, ellos secuestraron varias mujeres de su tribu
para el interior de la nave y partieron. Y las mujeres fueron devueltas con la
semilla de la nueva raza.
En esta reconstrucción de la figura de arriba, se observa a un ser con
escafandra, casco y mochila. Un cordón sale de él y lo conecta con una especie
de nave o aparato de forma circular. A la derecha se observan 4 mujeres con
visibles rasgos negroides, las cuales son llevadas por este misterioso ser. La
pintura podría remontarse a 8.000 o 9.000 años de antigüedad aproximadamente.
Las Estatuillas de Acambaro
André Michel, otro investigador de cavernas, pasó un largo período
estudiando las pinturas de diecisiete grutas en la frontera franco-española,
incluyendo la célebre Altamira. En varias de ellas Michel descubrió imágenes
muy semejantes a lo que nosotros acostumbramos a identificar hoy como un OVNI.
“Es desconcertante el hecho de que los hombres primitivos del período
magdaleno, vestidos con pieles de animales y armados con hachas de piedra,
habrían podido concebir objetos que tanto se asemejaban a máquinas apoyadas en
cuatro patas, provistas de antenas y escaleras. Y para aumentar nuestro
estupor, hay una figura humana que nos da una idea de las dimensiones del
aparato: son las dimensiones del LEM, ¡el módulo lunar norteamericano!”
En cuanto a eso, del otro lado del Atlántico, en Acambaro, México, 30
mil estatuillas de barro fueron encontradas bajo el suelo, siendo datadas del
3.600 a. C.
Las estatuillas no se repiten nunca. Y algunas de ellas retratan
animales pre-históricos: dinosaurios, mamuts, tatús gigantes, etc. Lo extraño
es que esas estatuillas datan del 3.600 a. C. y algunos de esos animales están
extintos hace 70.000 años...
La pregunta es obvia: ¿cómo los nativos de Acambaro conocerían estos
animales? Si es que no los tenían vistos, ¿quién se los describió a ellos? Y el
misterio crece todavía más con el siguiente detalle: junto con las estatuillas
fueron encontrados vasos, máscaras, pipas, cerámicas, estatuas de humanos (con
1.20 m.) y los dientes reales de un “Equus Conversidens”, un tipo de caballo
que ya se juzgaba extinto desde el Pleistoceno, que corresponde a la época de
la glaciación, finalizada hace 3 millones de años. ¿Qué hacían esos dientes en
restos dejados en el 3.600 a. C.?
Además, los registros que la arqueología consiguió de la Pre-Historia
reservan muchas cosas inexplicables, tales como:
Esqueletos y vestigios de seres humanos gigantescos fueron descubiertos
en Australia, África Central, Hong Kong, Java, China y en el Sur de África.
A las márgenes del río Paluxy, en Texas, EE. UU., se encontraron pisadas
simultáneas de hombres gigantes y dinosaurios, en un terreno de 140 millones de
años.
También fueron encontradas pisadas humanas en terrenos de 250 millones
de años, período en el que no se admite la presencia en la Tierra ni de
hombres, ni de dinosaurios.
Pero el descubrimiento más impresionante ocurrió en el terreno rocoso de
Antelope Springs, en Utah, EE. UU.: una pisada “humana” en un terreno de 440
millones de años atrás. Detalle: ¡las pisadas son de BOTAS! Una de las botas
aplasta un trilobite, una especie de insecto pre-histórico que vivió solamente en
la era Paleozoica, hace más de 400 millones de años.
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Pisadas de botas halladas en una capa de tierra de 440 millones de años |